martes, 25 de junio de 2013

Fiebre de sushi


    Si quieres tener mayor disfrute del texto, puedes dar click aquí para acompañarlo de música tradicional japonesa.


El sushi invadió Puerto Ordaz
Arroz, camarones, queso crema, cebollín, salsa de anguila, todo mezclado en el interior de forma suculenta. Topping de langostino, un toque de salsa dulce y una cubierta crujiente que se logra tras una perfecta temporización es la capa externa. Todo en uno. Una mezcla de sabores y textura que crea un choque en el paladar. Rock n’ Roll: un roll de ensueño culinario.

 Desde el 2006, Puerto Ordaz fue testigo del inicio de una nueva cultura culinaria. Las opciones de menús se expandieron abriendo espacio para la comida japonesa… al sushi.

2006, año en el que Orinokia Mall abrió sus puertas permitiendo que Bonsai Sushi llegara para brindarle placer al paladar de los guayaneses. Más tarde Sukihana, en la feria de la comida, ofreció lugar más económico y rápido, pero con el mismo fin.

Desde entonces la gama de opciones se amplió y estos sitios de comida fueron minando los centros comerciales y hoteles de la ciudad.

Imagen cortesía: Bonsai Sushi
Un paladar placentero

La frescura de los ingredientes, la mixtura de sabores, y el ingenio en cada combinación hace del sushi un arte delicioso. Hay un roll para cada gusto. Si usted es de gusto equilibrado el Rock n’ roll es lo suyo, ya que el choque entre lo dulce de su salsa con lo picante del cebollín logra neutralizar el sabor de los mariscos.

Pero si su personalidad es fresca y relajada, el California roll es el indicado, ya que su combinación de cangrejo, pepino, aguacate, semillas de sésamo, algas y huevos de pez volador, hace que las papilas exploten al sentir su multiplicidad de sabores.

Como estos, muchos: Sky fry, Dragón roll, Arcoíris roll, Grado 33, Swing roll, Origami roll, entre otros que hacen que la comida la comida japonesa parezca la nueva primera opción a la hora de comer.

Es que la variedad de platos y la exquisitez de los platos, sumando lo exótico de ellos, es lo que ha hecho que el amor hacia la comida japonesa creciera de forma veloz en la ciudad. Ir a un mismo sitio y tener la oportunidad de comer cada vez algo distinto y delicioso mantiene atrapado a cada uno de los amantes de esta rama culinaria.

El catálogo

Mariana Gutiérrez, cliente frecuente de Bonsai Sushi de Ciudad Alta Vista II, afirma que le encanta ir a ese restaurante debido a la variedad de rolls que ellos ofrecen. “Nunca me puedo cansar de venir aquí porque cada vez puedo comer algo distinto. Todo es delicioso”, asegura la chica de 28 años, quien comentó que es cliente de este local desde que abrió en Orinokia.

Por otro lado, Jean Paolo Monico, comensal de Kampai Sushi Bar, cuenta que el sushi le ayudó a conquistar al amor de su vida, la mujer que le acompaña a deleitar de la nueva carta de este restaurante que recién abrió sus puertas al público guayacitano. “A ella no le gustaba el sushi, y ¿cómo? si no lo había probado. Cuando la cortejaba hicimos una apuesta: si vamos y te gusta el sushi aceptas ser mi novia. Y aquí nos ves”, narra Jean, entre risas avergonzadas.

“Esto es ya una cita cada 15 y último. Es necesario para mi buen vivir. No entiendo cómo la gente puede decir que NO le gusta el sushi”, afirma Laura Martínez, mientras sus ojos bailan al ritmo de los sabores en su boca.

 “Yo siempre le digo a mi novia que lo pruebe, pero no le gusta, aunque siempre me acompaña y bueno, esto también nos hace entender que a pesar de la diferencias siempre puede haber un buen compartir”, asegura sonriente, Jessica López, comensal de Kampai Sushi Bar.


Imagen cortesía: Bonsai Sushi 

Pero la oferta no se detiene ahí, ahora hay cada vez más locales de comida japonesa. Y aunque es una comida fácil de digerir y un poco costosa, eso no detiene a que los amantes del sushi no “maten el antojo”.

“A cada uno que voy pruebo la especialidad, y así reinvento mi paladar. Además todos siempre tienen algo distinto en la carta, eso te da para comer como los 365 días del año algo distinto y sabroso”,  expresa Juan Carlos Espinoza, quien se describe a sí mismo como “el catador de sushi”.

El pensamiento de Juan Carlos reside en muchos de los guayaneses que mantienen viva la mecha de la cocina japonesa. Sus múltiples platos, su ambiente tranquilo, y sus orientales estructuras hacen que la comida sushi sea la nueva comida preferida de muchos en la ciudad.

Los puntos
Kampai Sushi Bar, C.C. Babilonia Mall, Alta vista.
Bonsai Sushi, Orinokia Mall y C.C.C Alta Vista II, Alta Vista.
Sushi Mara Inn, Hotel Mara Inn, Unare II.
Sukihana, Orinokia Mall, Alta Vista.
Noruma Sushi Bar,  C.C.C Alta Vista II, Alta Vista.
Kami Sushi, C.C Plaza Atlántico, Lomas del Caroní. 





Para conocer con más detalle la variedad de sitios de sushi que ofrece la ciudad, ingresa a: 





martes, 11 de junio de 2013

Oferta vegetariana en Puerto Ordaz

Música instrumental para acompañar el texto mientras se lee







Sabbat: festín vegetariano

Cuando de elegir una opción saludable para comer se trata, lo primero que se nos viene a la cabeza es “en la calle no encontraré nada”. Pero a pesar de lo que muchos creemos, en Puerto Ordaz sí hay un sitio para comer sano, casero y para las demandas más exigentes: ¡vegetariano! Sabbat, restaurante vegetariano ofrece múltiples opciones.
Trabajan de  7:00 a. m.  a 9:00 a. m.
y de 11:00 a. m. a 3:00 p. m. Foto: César Clemant
Carne de soya, variedad de ensaladas, sopas, granos, vegetales salteados, pastas, postres, jugos naturales e infusiones; son algunos de los platos que se ofrecen en el menú que se ofrece self-service a partir de las 11 de la mañana.
Las expectativas de finalmente encontrar comida “casera y sana” en el pequeño “break” del mediodía antes de seguir con los quehaceres de la universidad crecían luego de tener varios días comiendo la toda una variedad de comida rápida. Mientras yo pensaba (feliz) que comería deliciosamente saludable, mi compañero aún no parecía muy convencido de la aventura.
Al llegar al lugar la filosofía “verde” se hacía sentir. Decoración sencilla (pero delicada), de grandes cuadros con fotografías artísticas de vegetales, libros acerca de crecimiento espiritual y hasta fragmentos bíblicos hacían juego con la música instrumental de fondo que nos acompañó a lo largo de nuestra estancia en el restaurante.
Sin mayores restricciones que la de cancelar los 100 Bs por persona, sin recibos para retirar o cancelar antes de consumir la comida, el mecanismo es sencillo. Cada uno de los comensales toma su utensilios y tiene la posibilidad de escoger entre el bufet dispuesto de lunes a viernes.
                                                                                    ¿Qué escoger?
Ensalada de vegetales crudos. Foto: César Clemant
Previendo quedar lo suficientemente satisfecha, tomé una entrada de crema de auyama, carne de soya, garbanzos, vainitas salteadas y ensalada; mientras que mi compañero escogió un menú de arroz, ensalada de papas, ensalada verde, carne de soya y “juguito de piña”.
Más allá de la “insipidez”, que por prejuicio le atribuyen a la comida vegetariana, ambos coincidimos con la opinión de que la comida estaba gustosamente sabrosa. La combinación de sabores de los vegetales hacía una armonía deleitadora que se apoyaba con el ambiente musical del lugar.
Comentarios como “es como comer en casa”, “es muy sano y sabroso”, se escucharon a lo largo del almuerzo. Aunque hubo una expresión realmente particular que agrupó todas las impresiones de mi compañero:
-Todo está muy sabroso, pero estaría perfecto con un muslito de pollo.
Las risas no se hicieron esperar ante el comentario. Al terminar de comer decidimos quedarnos unos minutos más para disfrutar del relax del sitio y luego de degustar un ponquecito elaborado con ingredientes integrales -que no termino de agradar a mi compañero- y cancelamos nuestra cuenta.

Al final del día, en contra de todo paradigma, yo seguía aún llena, con una experiencia distinta que contar y una recomendación gastronómica para dar. 

Localización de Sabbat
Dirección de restaurante, ubicado al lado del Consulado de Chile.

Recetas para practicar
Receta: pasta vegetariana de carne de soya

martes, 4 de junio de 2013

Marssell Petit, chef itinerante

Guaro de nacimiento, guayanés de corazón. A sus 29 años, el chef Marssell Petit combina su pasión por la comida con su amor por la música, lo que lo ha llevado ser productor musical y a convertirse, desde hace cuatro años, en el chef ejecutivo del continente americano de la empresa Comercio de Aluminio y Accesorios del Aluminio (COA), por lo que viaja muy seguido por el continente visitando Jamaica, Surinam, Cuba, Costa Rica, Brasil y Panamá.

A pesar de que luego de haber estudiado tres años en la Escuela de Cocina Barquisimeto Hilton, y realizar su especialización en cocina italiana, Marssell, comenta sobre su atracción por la gastronomía de la costa. Esa variedad en sus gustos lo llevan a cambiar un poco las recetas, utilizando en todas frutas, las cuales cambian el sabor pero no las hace tan diferentes, haciendo de este detalle su firma culinaria.
En diciembre del 2012, Petit, pisó tierra guayanesa para vacacionar en uno de sus períodos de descanso, y compartir con su novia a quien había conocido en octubre y residía en Guayana. Hasta hoy, Marssell vive junto a su esposa, Biu Jiménez,  con quien contrajo nupcias en abril del 2013, por lo que aun se encuentra “vacacionando” en Ciudad Guayana.
"Mi abuela fue mi inspiración" Marssell Petit. Foto: Ligia Sosa 

Un amor 2.0
Sin esperar enamorarse, Biu contactó a Marssell para que sirviera de puente con una casa productora en Barquisimeto, puesto que ella y su banda querían avanzar. Luego de mucho tiempo, en octubre del 2012, en un evento producido por el chef en Puerto Ordaz, tienen la oportunidad de conocerse en persona.
En el proceso, Marssell utilizó la comida para enamorar a la dama y todos los mediodías colocaba una foto en el BBM (Blackberry Messenger) del almuerzo que cocinaba. “Algunas veces era comida de mentira, no eran reales, por lo que fue amor por la vista y no por la boca”, comentó entre risas el chef.

Aquí y allá
Uno como madre siempre desea que el hijo esté cerca. No ha sido fácil, pero con la ayuda del Señor, he logrado entender que es parte de su trabajo, lo importante es que lo está haciendo bien y que eso no le ha permitido a él corromperse. Más bien todo lo contrario, ha sido un aprendizaje para él y forma parte del currículo que tiene como cocinero” son las palabras de Melida Vera, su madre, al hablar del reto que representa tenerlo lejos cada vez que debe viajar a trabajar.

Foto: Ligia Sosa 
Y es que una parte fundamental de la vida de Marssell, como él mismo lo afirma con certeza, es la familiar. De ahí que su hermana, “Shely”, diga que su característica principal fuera de la cocina sea ser “súuuuuper meloso” y preocupado por la familia. De ahí que establezca como su principal inspiración a su abuela Felipa y que como explica “siempre estoy viajando, y estoy un ratico aquí y otro allá, siempre estamos vía telefónica, electrónica… comunicados, siempre estamos en contacto”





   Puedes consultar cualquier información en los siguientes enlaces:                                                                          
   http://elgourmet.com/ 

  http://www.guayanaactual.com/articles/view/rutagourmet

  ¿Sabes cocinar un pescado?, mira este video: